El cielo en noviembre’25
¡Cinco lluvias de meteoros y el Cometa del Siglo!
Este mes, además de espectaculares lluvias de estrellas, recibimos la visita de un cometa muy especial. ¡Atentos al espectáculo nocturno del cielo!
Noviembre en el mar trae noches largas y frescas. El cambio horario nos permite, además, dedicarnos a la observación sin tener que estar hasta muy tarde en cubierta. Eso sí, ¡toca abrigarse! El cielo se convierte en nuestra brújula más antigua, esa que nunca falla a bordo. Este mes, además de la Luna y las estrellas fugaces, recibimos la visita de un cometa muy especial.
1. El calendario lunar
Como siempre, la Luna marca el ritmo de las mareas y por tanto la planificiación de la navegación en algunas costas.
Luna Llena – Superluna
La Luna estará en su punto más cercano a la Tierra, lo que hará que se vea más grande y brillante. En el mar, esto significa marea viva al máximo (pleamar muy alto y bajamar muy bajo).
Luna Nueva
La Luna desaparece del cielo y la oscuridad será total. Momento ideal para observar el cielo profundo y practicar la navegación por las estrellas más tenues.
2. Encuentros planetarios y estelares y ¡el cometa Tsuchinshan–ATLAS!
Estos son los desafíos de observación que nos esconde el cielo este mes.
La Luna con Saturno y Neptuno
Busca a la Luna cerca de Saturno, el cual es visible a simple vista. Neptuno, más tenue, requerirá prismáticos.
La Luna se pasea por Las Pléyades
A simple vista parece un «puñado de estrellas». Si no hay contaminación lumínica, es fácil de reconocer.
La Luna cerca de Júpiter
Brilla mucho, así que es fácil de identificar y por tanto muy útil para practicar con el sextante.
Cometa del siglo: ¿cómo y cuándo buscarlo?
Para ver el cometa Tsuchinshan–ATLAS este noviembre, solo tienes que salir poco después de la puesta de sol y mirar hacia el horizonte suroeste.
Lo ideal es buscar un sitio con el horizonte despejado de obstáculos y poca luz artificial. Si tienes prismáticos (o una cámara y trípode), mucho mejor: el cometa se verá como una pequeña mancha o nubecita difusa entre las constelaciones Ofiuco y Serpens.
Ten paciencia: cada día va cambiando un poco de posición, así que puede que tengas que buscarlo varios anocheceres. Y si la Luna está muy brillante, espera a los días posteriores a la superluna, cuando el cielo se oscurezca de nuevo.
3. Estrellas fugaces: maratón de meteoros
Este noviembre es especial: nos esperan hasta cinco lluvias de estrellas distintas. Cada noche puede sorprenderte con meteoros lentos, rápidos o algún destello inesperado. Solo hace falta mirar al cielo y dejarse asombrar por este auténtico festival de luces.
| Nombre | Fechas máx. actividad | Constelación del radiante | Cómo reconocerla |
|---|---|---|---|
| Táuridas del Sur | 4-5 noviembre | Tauro | Cerca de Aldebarán y las Pléyades, sobre Orión |
| Táuridas del Norte | 11-12 noviembre | Tauro | Igual que la Sur, empiezan a verse un poco después |
| Leónidas | 16-17 noviembre | Leo | Busca la forma de “gancho” (?), cerca de Régulus |
| Alfa Monocerótidas | 21-22 noviembre | Monoceros (Unicornio) | Entre Orión y Proción, cerca del cinturón de Orión |
| Oriónidas (tardías) | 27-28 noviembre | Orión | Sobre el cinturón de Orión (las tres estrellas en línea) |
Consejos generales de observación:
Para consultas más detalladas sobre la visibilidad de las lluvias de estrellas os recomienda consultar la web StarWalk Space.
Curiosidades astronómicas: el cielo explicado fácil
¿Por qué los cometas y las estrellas fugaces están conectados?
Los cometas son bolas de polvo y hielo que viajan desde las regiones más lejanas del sistema solar. Cuando se acercan al Sol, liberan polvo que se queda flotando en el espacio. Años después, la Tierra atraviesa esas “nubes” de polvo: ahí nacen las lluvias de estrellas fugaces como las Leónidas. Los diminutos fragmentos se queman en la atmósfera y vemos estrellas fugaces. Por eso, muchas lluvias de meteoros tienen el nombre del comenta que las originó.
Estamos presenciando, por tanto, un ciclo que por su magnitud es invisible para nosotros. En noviembre, mientras observamos el cometa Tsuchinshan–ATLAS, estamos viendo en directo el material que, dentro de algunos años, podría dar lugar a otra lluvia de estrellas. Así, cada cometa deja “huellas” que viajan durante siglos, esperando su turno para iluminar la noche.
Y acabo este apartado con algunos datos que seguro que te van a asombrar. Aunque los fragmentos parecen inofensivos, viajan a velocidades enormes (hasta 250.000 km/h) y se desintegran antes de tocar la superficie. Pero tranquilos, ¡la mayoría son del tamaño de un grano de arena!
Así, la próxima vez que veas una estrella fugaz, recuerda que probablemente empezó como polvo en la cola de un cometa lejano. El cielo conecta historias y distancias de manera invisible… y este noviembre podemos ver ambos protagonistas, el cometa y sus meteoros. Anímate a buscarlo y, si no lo ves, deja constancia en tu cuaderno de bitácora: no ver también es observar.



